Otra situación en la que aparecen estas entidades es la bacteriemia con siembra en el parénquima renal (generalmente se trata de Staphylococcus aureus secundarios a bacteriemia con o sin endocarditis).
La nefritis focal o "nefronía lobar" (nefronía por analogía a la neumonía) implica la formación de una zona flemonosa en el riñón que, dejada a su evolución es probable que evolucione a absceso.
Con respecto al diagnóstico, la ecografía se debe complementar con el TAC para definir bien la lesión (incluso con uro-TAC para descartar uropatía obstructiva)
El tratamiento del Absceso Renal debe ser:
- Antibioterapia: al menos 2-3 semanas, dirigida contra enterobacterias, cubriendo Staphylococcus si hay sospecha de que el origen sea una siembra bacteriémica. La duración del tratamiento puede ser mayor o menor, en función del grado de mejoría clínica y analítica (PCR, leucocitosis) del paciente y la evolución de los estudios de imagen.
- La antibioterapia debe ser intravenosa durante todo el tratamiento en el caso de Staph. aureus, mientras que en enterobacterias se puede hacer el cambio a oral cuando se produzca mejoría.
- DRENAJE PERCUTÁNEO: Indicado en pacinetes sépticos, que no mejoran con el antibiótico o en abscesos muy grandes (generalmente por encima de 5 cm). Los abscesos de menos de 5 cm pueden tratarse sólo con antibióticos inicialmente, considerándose el drenaje si no hay mejoría clínica o radiológica tras varios días de tratamiento antibiótico. Excepcionalmente se ha tenido que recurrir a la nefrectomía en casos severos, en pacientes diabéticos.
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