En la práctica clínica habitual es frecuente encontrar pacientes que refieren episodios de sofocos o flush facial. Unas veces es el paciente el que nota los episodios (con frecuencia se trata de mujeres post-menopaúsicas) y otras veces son los familiares o acompañantes los que lo refieren. A veces, es el médico el que pregunta al paciente por estos síntomas cuando ve su aspecto (personas con facies muy congestiva o con eritema en la zona alta de tórax) o cuando está buscando una patología relacionada (generalmente en pacientes hipertensos en los que se sospecha feocromocitoma). No es raro que determinados pacientes (sobre todo varones) cuenten que ese eritema facial es casi continuo y que es constitucional en ellos, y estos casos no suelen llevar a ningún diagnóstico si uno intenta indagar. Cuando decidimos, por lo llamativo del flush, o porque sospechamos alguna de las enfermedades subyacentes, hacer un estudio de estos pacientes, se recomiendan las siguientes pruebas:
- Catecolaminas y metanefrinas y vanilmandélico en orina de 24 horas (feocromocitoma)
- Calcitonina en sangre (carcinoma medular de tiroides)
- 5-hidroxi-indol-acético en orina de 24 horas (Síndrome carcinoide)
- n-metil-histamina en orina de 24 horas (mastocitosis sistémicas)
- Triptasa sérica (persistentemente elevada en mastocitosis sistémicas, sólo durante las crisis en fenómenos anafilácticos)
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